La maestra de mi mamá
Porque todas las mamás llevamos una maestra dentro. Porque todas las mamás hemos tenido una gran maestra. Porque, además, algunas mamás trabajamos como maestras. Así nace este blog. Adelante, pasa, observa, siente y deja un trocito de tí si lo crees oportuno.
viernes, 11 de diciembre de 2015
ANDREI. MI PARTO EN CASA
El pequeño Andrei nació exactamente en la 40 +6 , en el calor de su hogar, en la intimidad que te da nacer en casa.
Hoy, 10 meses después, en una semana en la que todo vuelve a removerse, en la que estoy tomando decisiones , he decidido que es el momento en el que quiero contarlo.
Quiero hablar de mi parto en casa.
Siempre tuvimos claro que no queríamos tener solo un hijo, así que la noticia de que un nuevo bebé estaba por venir fue una alegría enorme. Os lo podéis imaginar.
Cosas de la vida, casualidades de la vida parecía que la historia se repetía casi al pie de la letra: Si la prueba de embarazo del pequeño Tiago se hizo un 26 de mayo, la de su hermano fue el 28 del mismo mes. Por lo que la FPP eran muy similares y había una gran probabilidad de que naciesen ¡incluso en la misma fecha!
La ilusión era máxima...sería niño o niña? cómo será eso de querer a dos hijos? cómo se lo decimos a la familia? lo típico.
Pero en mi cabeza había otra preocupación. Una que no había tenido en mi primer embarazo. una preocupación que no surgió con el test de embarazo positivo, sino que me asaltó el mismo día que salí del hospital con mi primer hijo.... ¿Donde voy a parir?
Yo no quería parir en el Hospital.
No. No quería. Lo había dicho muchas veces, pero creo que ni la familia ni mis amigos, ni mi propia pareja,creían que lo dijese en serio.
No. No iba a parir en el Hospital.
A medida que el embarazo avanzaba la ansiedad aumentaba.
Mi pareja quería un hospital, los privados no eran una opción pues en nuestra ciudad ninguno encajaba con el parto respetuoso que yo quería. El único Hospital público que podría encajar estaba a varios km de distancia.
Yo quería parir en casa. No era que quisiera ir a otro hospital diferente al anterior, no. Es que no quería parir en un Hospital.
El embarazo estaba bastante avanzado cuando conocí en persona a Marta y Carmen.
Me acababan de decir que tenia que hacer la curva larga de la glucosa y yo no quería hacerla, así que amablemente Marta se ofreció a explicarme las alternativas y allá que me fui.
La conocí y no tuve dudas. Quería que ella fuera mi matrona. Quería que ella acompañase mi parto.
No recuerdo si ese día saqué el tema en mi casa o cuando fue, pero logré que mi pareja me acompañase a una cita con ellas para despejar sus dudas sobre parir en casa. Y si digo sus dudas porque, si bien yo no conocía todos los detalles o requisitos, yo no tenia duda alguna. Yo iba a parir en casa. En aquel momento no lo sabía, pero hoy lo sé,yo ya había decidido donde nacería mi segundo hijo. lo había decidido el día que traje al mundo al primero.
No fue fácil vencer el miedo de papá. Nos costaron lágrimas tomar la decisión, pero al final les anunciamos que contábamos con ellas.
En ningún momento tuve dudas. En ningún momento tuve miedo. Me sentía informada, me sentí segura y capaz.
El 9 de febrero , después de comer, bajamos los tres a tomar el café a una pastelería cercana. Empecé a notar contracciones, irregulares pero intensas... Tiago tenia un cumple en casa de su amigo del alma y aprovechamos para pasear juntos papá y yo. Paseábamos entre contracciones, de vez en cuando tenia que parar...a veces le apretaba fuerte el brazo...sonreíamos...y también podía notar sus nervios. "llama a Carmen " me decía.
No. No era el momento.
Las contracciones, que se había vuelto regulares por momentos, comenzaron a espaciarse hasta practicamente desaparecer. Fuimos a recoger a nuestro pequeño para llevarlo a casa y cenar juntos. Ante la insistencia de papá, les mandé un mensaje a mis matronas, simplemente para que estuvieran pendientes.
Estaban cerca,con otra mamá estaba también con contracciones, lo que puso más nervioso a papá.
Llegamos a casa y me tomé una infusión, estaba con una gran sensación de paz, a pesar de que las contracciones volvían. Me duché y al salir de la ducha me di cuenta de que aquello estaba en marcha. El pequeño Andrei iba a nacer pronto.
Papá se llevó a Tiago a casa de los abuelos, así lo habíamos decidido todos , nosotros y él también. Me tomé una sopa por insistencia pero no tenia hambre ninguna. Mi único pensamiento era barrer, barrer bien el suelo del salón, lugar elegido por mi para el parto.
Cuando papá volvió preparó todo con sumo cuidado: luz tenue, calefacción, música suave y lenta, sin letra, solo sonido que me dejara oírme a mi misma, oír a mi bebé...la pelota, las infusiones, los empapadores....
La primera en llegar fue Marta. Sobre las 11.30 de la noche.
Recuerdo su sonrisa tranquila en el umbral de la puerta. Cuando llegaron Carmen y Eva no lo recuerdo ya, se que apenas tardaron.
Carmen preparaba infusiones, hablaban muy bajito....todo estaba en calma...
Papá y yo.
Tal vez no fueron tantas horas como yo recuerdo, pero mi memoria tiene grabado a fuego cada minuto en que papá y yo pasamos las contracciones a solas.
Sus besos, sus palabras al oído, sus abrazos, su respiración y su amor hicieron de aquellas oleadas de contracciones que a priori debían ser dolorosas, momentos de placer. Sí, de placer. Yo estaba disfrutando de aquello, al 100%. Puedo decir que viví un momento mágico, de AMOR así, con mayúsculas. Un momento que no sé si se repetirá alguna vez pero al menos puedo decir que lo he vivido.
Las contracciones iban en aumento...recuerdo decir que no podía mas y, al segundo, casi dormitar sobre la pelota, rodeada de sus brazos y acompañada ya por mis matronas.
El dolor se abría paso, necesité de sus masajes, de agua esteril.... y se rompió la magia. Durante un instante me fui al baño, sola. Quería empujar con fuerza, pero algo dentro de mi se frenó. De pronto un miedo absurdo, mas que miedo, un pudor absurdo que nadie esperaba (ni yo misma) a defecar hizo que se descontrolara todo porque , de pronto, tuve ansiedad por controlar mi cuerpo.Luché por dejarme llevar pero no lo lograba.
Pedí la silla de partos y al sentarme en ella... fue un rechazo total.
Vi que las caras de mis matronas estaban algo serias, aunque reconozco que son unas maravillosas jugadoras de poker (y si no lo son, desde aquí les digo que prueben!) porque no se permitían expresar ni una sola emoción negativa.
Me fui a la habitación y Marta me explicó la situación. El latido del bebé había descendido y era mejor irse al Hospital.
Sentí tanto frío....Los fantasmas del parto de Tiago se presentaron allí. Solo imaginar el meterme en el coche me daba pavor..."¿qué pasará allí?" Marta me dijo que me iba a monitorizar, que no tenia por qué no ser un parto vaginal.....mi cara debía ser el espejo de mi alma, porque Marta decidió volver a escuchar al bebé.
Y todo iba bien. Y todo iba bien de nuevo. Y no, no nos fuimos.
Pero yo ahí ya estaba cabreada. Sentía rabia. ¿A caso yo no era capaz de parir? Ya había llegado hasta allí...¿irme ahora?
Recuerdo que cuando me preguntaban que qué sentía me daba una rabia horrible confesar que no sentía nada.
No sentía que mi bebé estuviera encajado, no sentía que el final estaba próximo...No.
Les decía que me quería ir. Pero no era verdad. No quería irme al hospital, quería irme pero de la situación, quería evadirme, quería dormir como para coger perspectiva y después ya si, dar a luz a mi hijo...pero mi cerebro ya no era quien de expresarse con claridad.
Probamos distintas posturas para facilitar el paso de mi bebé, pero parecía que nada ayudaba.
"Habla con tu bebé" me decía Eva. Y yo lo hacía , le pedía que saliera ya, que saliera ya.. que no me hicera daño, que yo iba a ayudarle....que podíamos....
Marta propuso la postura de cabaret. Entre las tres nos ayudaron, pues con papi mal de la espalda y mamá ya agotada aquello era un esfuerzo muy grande. solo soportamos un pujo.
Un pujo decisivo.
Al incorporarnos vi a mi pareja calzado. Vi que todos buscaban mi ropa para marcharnos.
"No, no, no" pensaba
Y entonces ocurrió. Grité que esperasen, que algo había cambiado.
Y como una auténtica loba, como una mujer llena de oxitocina, exultante de instinto salvaje, me puse en la cama a cuatro patas.
Mi hijo iba a nacer.
Vi a Carmen y grité con todas mis fuerzas "Me muero!" y cerré los ojos. Y recordé sus palabras, llegaba el final. No me iba a morir, iba a parir.
Sentí a mi hijo avanzar, sentí como mis carnes se abrían en un aro de fuego brutal, tremendo, alucinante....que quemaba, quemaba como no imaginé nunca que podría quemar....Recordé que tenía que soplar, no empujar, dejar pasar.... sentí como salía cada parte del cuerpo de mi hijo....
Oí a mi amor, emocionado decir "Es mi hijo"
eran las 5 de la mañana
Andrei,
Aferrada con las manos y los pies a nuestra cama, mis matronas te pasaron por debajo de mi cuerpo para que pudiera cogerte.
Eras tan pequeñito....olías tanto a vida mi pequeño....te pedí perdón, por el recibimiento a gritos.
Te miraba, y te miraba....ya estabas aquí...burbujeabas mucho y no me atrevía a ponerte aun a mamar. Te sostuve contra mi, con el cordón entre mis piernas hasta que dejó de latir.
Después hiciste piel con piel con papá mientras yo me fui al baño a expulsar la placenta, y allí estuve un ratito pues tuve un pequeño mareo.
Desde allí sonreía...pensando en lo bien que lo había hecho papá, en lo feliz que estaba siendo él ese tiempito a solas contigo hijo...
Volví a mi cama, a nuestra cama-hogar. Ya había terminado todo. Aun con unos tremendos entuertos ya no había dolor, el parto había terminado.
Te puse al pecho al fin, y estuviste mamando....
Mis queridas matronas se fueron a otra habitación y allí nos quedamos los tres.
Así fue la llegada al mundo de Andrei.
Pronto podré escribir la llegada al mundo de Tiago también, porque gracias a este parto puede sanar completamente las heridas del alma que me había dejado con mi primero.
Gracias a Luna de Brigantia, mis matronas:
Gracias Marta por la confianza que me inspiraste desde el primer momento, por tu templanza, por tu voz suave....por tanto.
Gracias Carmen, por vivir tu embarazo con nosotros (¡qué privilegio!), por tu sonrisa, por tu alegría y empuje, por saber llevar las bromas de papá... por ser tu.
Gracias Eva, por tus palabras, por tus miradas, por tu presencia y esas benditas manos...por acompañarnos.
Gracias porque desde que os conocí, formáis parte de mi vida , aunque nos veamos poco.
Gracias papá, por comerte tus miedos con patatas al creer en mi, por ser capaz de esconder tus nervios para que yo no perdiese la calma, por tu paciencia, por tus miradas, por tu calor... por tu amor hacia mi y hacia tus hijos, por ser mi compañero de vida.
Gracias Andrei, por elegirnos, por traer calor y alegría a nuestra familia, por aumentar el círculo de una forma tan natural, salvaje y hermosa. Gracias por tu olor a vida. Por nacer. Por ser luz.
Gracias Tiago, mi amor, mi primero, por elegirnos, por ser amor en estado puro, por hacerme madre y por ser la llave que abrió paso a un mundo nuevo, que me hizo ser adulta de verdad. Gracias por la sabiduría que traes contigo.
Gracias Vida.
jueves, 5 de febrero de 2015
SE VIVE IGUAL?
Semana 40...
Ha llegado! Estamos en la dulce espera, en cualquier momento este embarazo llegará a su fin... qué sentimientos agridulces tengo! Seguro que muchas me comprendeis.
Las diferencias
Una de las preguntas que más me hacen amigas y allegadas es si se vive igual un embarazo que otro.
Definitivamente,no.
En mi caso han influido muchos dos factores, que han hecho que me haya sentido menos conectada emocionalmente:
Mi niño y el malestar de los primeros meses.
Mi niño acaba de cumplir 3 años y es obvio que aún me necesita muchísimo. Además, al dejar de trabajar también aproveché para sacarle de la escuela y eso ha supuesto 24h de dedicación.
Esos largos paseos con los que soñaba, asistir a mil actividades y charlas...nada de nada.
Por el contrario disfruté muchísimo compartiendo con él cada despertar, cada desayuno sin prisas, bajar al parque por las mañanas, hacer experimentos, ver la tele, cocinar juntos. .. ahora ya no tengo paciencia y el ritmo de actividad por mi parte ha bajado considerablemente pero... quién nos va a quitar lo vivido???
El malestar... si es que yo no sabía de náuseas, mareos y debilidad!!! Y estuve así 15 largas semanas, luego una fastidiosa luxación de rótula y la alergia... no contribuyeron nada a disfrutar mi estado.
La información
Hoy sé el doble de lo que sabía con respecto al embarazo y al parto.
Y la verdad es que ojalá hubiera tenido toda la información desde el principio. Para evitar pruebas innecesarias, para saber elegir qué quiero y qué no quiero hacer, para entender que no soy una paciente y que a todo tengo que decir amén porque venga de una bata blanca...
Porque la información proporciona seguridad y poder.
¿Qué cosas han cambiado gracias a esa información?
- Mi decisión acerca de la realización del test O'sullivan
- Mi decisión a cerca de cómo y dónde daré a luz a mi hijo (si todo continua su ritmo natural)
- Mi decisión sobre los tactos
- Mi forma de enfocar las visitas a matronas, ecógrafos y demás.
- Mi forma de prepararme al parto y de implicar a mi pareja e hijo .
Como veis son muchos cambios. Muy importantes.
En algún momento escribiré cuales fueron mis decisiones y por qué, por si pueden ayudar a otras mamis y futuras mamás.
En resumen...
No, no lo he vivido igual pero no puedo decir si lo he vivido mejor o peor.
Ha sido diferente, con puntos positivos y otros menos, pero sencillamente diferente.
Tal y como será el parto : diferente (desencadene como se desencadene)
Tal y como será mi bebé : diferente a cualquier otro.
A todas aquellas mamis que esteis buscando opiniones sobre el segundo embarazo siento no poder deciros que será más maravilloso o menos... porque vuestras experiencias serán distintas a las mías.
Pero os aseguro que lo diferente no es malo, es...especial.
Ahora me despido...espero traeros Buenas noticias en unos días. ..
martes, 13 de enero de 2015
MANERAS DE PARIR
viernes, 2 de enero de 2015
CARTA A LA MAESTRA DE MI HIJO
miércoles, 31 de diciembre de 2014
LOS AÑOS FELICES
Llegó! !!
Ya ha pasado!!!
365dias de un 2014 que se consume... para unos habrá sido un año feo, para otros estupendo...unos habrán encontrado el amor y otros puede que lo hayan perdido...unos habrán aprendido lecciones de vida y otros las habrán dejado escapar...uno han llegado a nuestras vidas y otros se han marchado... no es más que la vida, a fin de cuentas.
Pero esta noche nos gusta hacer balance, y no me parece una mala costumbre, aunque a veces resulta cansino leer tantos muros de Facebook con tanta explicación o juicio jejeje cositas de las redes sociales.
Yo no soy capaz de ponerle etiqueta a este año.
En primavera conocimos la futura llegada de Andrei, y ya sólo esto es tan grande que absorbe el resto de acontecimientos. He intentado centrar este año en mi familia y en mí, dejar de lado las malas energías pero no siempre lo he logrado.
Un año de luces y sombras.
Para 2015 no puedo hacer muchos planes porque tengo una misión tan importante que cumplir que a poco más podré comprometerme ...
Tengo que ser la madre de Andrei y Tiago.
La madre que deseo ser, la que soy (aunque en versión mejorada, que cada díaque me equivoco aprendo a hacerlo mejor), la que quiero que ellos recuerden cuando ya no esté.
Esta es mi misión del 2015 y del resto de mi vida.
Y me encanta.
También seguiré luchando por dejar de ser educadora infantil y ser una gran acompañante de los pequeños que tenga el honor de conocer.
Seguiré luchando por lograr ese espacio de crecimiento con el que sueño.
Seguiré unida a las madres y futuras madres que se acerquen al grupo de lactancia, para escucharlas y estar a su lado en sus dudas y desahogos.
Seguiré en este mundo de la crianza, implicada al 100% a veces y al 50 otras, pero seguiré.
Seguiré creciendo como persona...
Seguiré! !!!!
FELIZ 2015 PARA TODOS Y TODAS LOS QUE SEGUÍS A LA MAESTRA DE MI MAMÁ