lunes, 3 de marzo de 2014

¿ÁNGELES O DEMONIOS?

Cuando empecé a preparar el antiguamente llamado curso de Formación Profesional Técnico Auxiliar de Jardín de Infancia, no sabía donde me metía.
Acabé allí escapando del instituto, donde me había ido fatal, bueno, buen recuerdo tengo pero a nivel de estudios y notas fue el peor año con diferencia.
Como decía, no sabía muy bien de qué iba, pero la idea de trabajar con niños me encantaba.
Luego me continúe formando y ya nunca dejé el mundo de la primera infancia.
A lo largo de ese tiempo coincidí con mujeres (y algún hombre,  aunque muy pocos) tan entusiasmadas o más que yo, en este oficio. Personas ilusionadas,  dulces,  creativas...
Por eso me pregunto. ..
Si hay profesionales buenísimos, talentosos y con vocación. .. ¿por qué suelen tener tan mala fama las escuelas infantiles o guarderías?  ¿Es merecida esa fama? ¿Somos los incomprendidos?
 
Digo lo de la mala fama en general, por supuesto.
Muchas familias son desconfiadas aunque utilicen dichos servicios, se habla fatal de unos centros u otros, de unas educadoras u otras.... unos te consideran un poco ángel y otros un poco demonio.
A mi me consta que nadie hace mal su trabajo queriendo, pero sí es cierto que el mundo de las guarderías y escuelas infantiles no es todo lo rosa que nos imaginamos.
Sé que toda educadora (y educador) busca lo mejor para el grupo que tiene a su cargo,  pero las condiciones de trabajo no facilitan para nada que pueda desempeñar su labor de forma respetuosa con los ritmos de los niños.
Aquí van algunos puntos que creo que deberían cambiar dentro de los centros infantiles:

1. LA PRISA. Las actividades,  los cambios de pañal,  la comida,  el aseo, la recepción,  la despedida. ... todo tiene un tiempo medido. Hay unos horarios que cumplir extremadamente estrictos impuestos desde los despachos, de hecho hay inspecciones encargadas de vigilar si los niños duermen mucho, van muy temprano a comer o si hay demasiado juego libre. Con esto quiero hacer comprender que es imposible respetar el ritmo de un niño cuando tienes un  horario que seguir a pies juntillas.
2. LAS RATIOS. En una clase de niños menores de 12 meses hay 8 bebés por aduto,  de 12-24 meses atendemos 13 bebés por adulto,  y en una de 24-36 meses son 20 niños por adulto. Creo que poco más hay que decir. Con esa cantidad de menores a cargo ¿Cómo es posible que el personal pueda atender las peculiaridades de cada uno? ¿Cómo trabajar adecuándose a la evolución de cada individuo?
3. EL TIEMPO.  Me refiero al tiempo del cual disponemos para preparar las aulas y los materiales de cara a una actividad concreta, la programación del aula, la elaboración del proyecto educativo de centro ... que el centro disponga de tiempo dentro de la jornada laboral para estos menesteres es verdaderamente inusual.  Es una parte fundamental del trabajo pero pasa sin hacer, mal hecha o a todo correr porque los responsables de aula no suelen disponer de tiempos sin niños a cargo dentro de su jornada para ello. 
4. LA SOLEDAD. Cada vez más se ve la llamada "pareja educativa", pero no es habitual, espero que esta tendencia siga en auje. Al margen de la soledad del aula, tenemos la soledad en general. ..pocas veces ves a tus compañeros,  pocas veces puedes compartir,  planificar juntos... siempre hablan de trabajo en equipo y, también,  de equipo multidisciplinar pero la realidad es que en tiempo material no hay  ni lo uno ni lo otro. Hablamos dentro de la jornada de trabajo....muchas, muchísimas compañeras y compañeros de profesión sacrifican horas de su vida familiar en esos menesteres.
Muchas nos preguntamos dónde está nuestra conciliación laboral-familiar.
Con estos cuatro motivos,  sólo con estos puntos, podemos darnos cuenta de que muchas veces como padres no entendemos ciertas situaciones de las aulas, porque nosotros sólo vemos a nuestro hijo y su circunstancia,  y no reparamos en la responsabilidad y en el desgaste de la profesional que tenemos en frente.
Para una educación infantil de calidad hay que cuidar a los profesionales.
Hoy rompo una lanza por ellos, por mí,  por los educadores y maestros de infantil,  por una profesión a la que llamo antinatural (pero por desgracia necesaria) aunque no por ello  crea que no debe existir.
Eso si con otro enfoque.
Y una parte del cambio hacia el enfoque es cuidar, cambiar las condiciones de trabajo. 
El tiempo....¡tan importante!

4 comentarios:

  1. Excelente reflexión!!! Me he visto muy reflejada y pones palabras a muchos de mis pensamientos sobre la educación infantil y en concreto el aula de 2 años en donde trabajo (o mejor dicho, en donde soy feliz). Gracias. Una Técnico Superior en Educación Infantil.

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    1. ¡cuánto me alegro!

      De que te guste el post me siento agradecida pero, de que seas feliz en tu aula, me alegra infinito! !

      Ojalá poco a poco y paso a paso cambiemos el modo de plantear nuestra profesión y todo sea más natural.

      Un beso

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  2. Buen post, Ve y grandes reflexiones profesionales. Yo a mi primer hijo nunca lo llevé al jardín de infancia, porque lo cuidaban mi madre y mi suegra, mientras mi marido y yo trabajábamos. Y también reconozco que porque no me fiaba. Pensaba que no lo cuidarían bien. Con el pequeño, y al haber empezado el mayor el colegio, tenía la mente más abierta. Lo empezamos a llevar al año y medio, y muy contentos. Lo que me encantó de la guardería es que las educadoras eran un encanto, y se notaba que hacían su trabajo a gusto. También que no había que concertar hora clavada para ver las instalaciones. Y cuando pregunté qué hacían me comentaron que jugar, cantar y algunas manualidades. En otros sitios me hablaban del inglés, y que si conseguirían que mi hijo se sentase en una mesa 15 minutos seguidos...Yo buscaba un sitio que fuera lo más parecido a estar con sus abuelas, y con nosotros. Y lo conseguimos.

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    1. Es estupendo.

      la escuela infantil, para mí, debe ser una prolongación del hogar, tal y como tu me cuentas.

      Conseguiremos que sea así de forna generalizada! No lo dudo!

      Besos Lidia! Y gracias por seguir aquí!

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