martes, 3 de septiembre de 2013

LA INCORPORACION A LA ESCUELA

La incorporación a la escuela infantil va a suponer unos cambios en la familia.

Grandes cambios: nuevos horarios,  nuevos espacios,  nuevas personas,  nuevos sabores, nuevos olores. ... a todo eso sumaremos el peor de los cambios,  del cual nacen los otros, estamos hablando de la SEPARACIÓN.  

Las diversas teorías sobre cómo reducir la ansiedad,  el miedo,  el dolor de los niños ante la separación  se plasman en los variados modelos de incorporaciones que las escuelas ofrecen.

Personalmente nunca he podido hacer una adaptación como a mí me gustaría,  el principal escollo es el tiempo y la impaciencia de algunas familias, tal vez es más correcto decir la poca ayuda que tienen las familias para cumplir las adaptaciones (me refiero a la incongruencia de que , por norma general, llevas a tu hijo a un centro infantil porque tienes que trabajar y no dispones de todo el tiempo para criarlo y en ningún trabajo que yo conozca facilitan esos días horarios especiales a los padres , con lo cual suelen exigir una adaptación más rápida que efectiva o respetuosa) todo llegará. ...

La incorporación puede ser escalonada, con o sin presencia de adultos,  en grupos de edad... incluso hay teorías que avalan que no es necesaria esa adaptación y que llevemos al bebé directamente ocho horas del tirón. 

Sea como sea el período de adaptación que te toque vivir debes hacer un ejercicio mental previo para calmar tus propios temores ante esta situación, pues todo lo que tú sientes se lo transmites a tu bebé. Asimila este paso como una circunstancia positiva y no te mortifiques, yo misma sufrí lo indecible antes de llevar a Tiago y con amor,  paciencia y confianza todo suele desarrollarse con naturalidad y por sí mismo. Así que relájate,  relaja a tu bebé.

Es habitual que , además de muestras emociones encontradas y las dificultades de horario para llevar a cabo la adaptación, surja otro tema a abordar. Es una frase  que estos días de septiembre oigo a cada paso en el parque,  en la playa...PARA QUE SE VAYA ACOSTUMBRANDO.

Vale,  sí me manifiesto LA ODIO.

Tu bebé criado en brazos, a pecho, en colecho no va a tener nada eso en la escuela infantil.  Bueno al menos no todo lo que tú y él deseariais pues , como ya abordamos en otro post, la ratio es de 8 bebés por educadora. Salvo extrañas mutaciones la buena mujer sólo tendrá dos brazos así que tendrá que repartirlos entre todos ellos, asi como las demás muestras de cariño que, tranquila,  las tendrá pues las  profesionales de la educación infantil debemos tener esa cualidad. El pecho que era a demanda deberán dárselo en un biberón o como hayas decidido. La cuna será su nuevo territorio.  Sí,  pero no por ello debes empezar una semana antes en casa a dejarlo llorar sin brazos, a darle biberones en lugar de tu pecho o a dormirlo solito. No. ¿Qué pensará él?  estando mamá que puede darle todo eso y quiere hacerlo ¿para qué negarselo? Mi opinión es que le hacemos más mal que bien.

Rebozalo de todo el amor que tengas, continua con tu crianza con apego, criaras un bebé seguro, ese es tu objetivo.  Y cuando vuelva de la escuela aprovecha y vuelve a darle ese cariño porque lo necesitará y tu también. 

Os recomiendo leer un artículo maravilloso de la psicóloga Mónica Serrano en base a una consulta de una mamá que se estrena en la escuela y pide consejo, para leerlo pincha aquí.  Merece la pena leer sus explicaciones sobre este tema. Es justo lo que yo creo que se debe transmitir.

Ánimo a todas y todos.

No será tan terrible si lo vivimos con paciencia y calma.

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