domingo, 26 de enero de 2014

LA SILLA DE PENSAR

Esta semana seguro que, los que sois seguidores de blogs y páginas de crianza y educación respetuosa, habreis oido nombrar esto de "la silla de pensar" en muchos de ellos y es que estamos en plena revolución.

El cambio educativo es, debe ser, lento pero firme. 

Y este es uno de esos pasos, que pueden parecer pequeños pero que, si se logran, se darán grandes avances.

La idea parte de Azucena Caballero y Mireia Long, y si quieres colaborar con tu firma puedes hacerlo desde aquí.
 
También están recopilando artículos, opiniones, testimonios de distintos profesionales sobre "la silla de pensar" en su página de la Pedagogía Blanca, que desde aquí te invito a que leas si te interesa el tema. Te facilito el enlace al blog para que las descubras.


¿Qué es la silla de pensar?

La silla de pensar es una herramienta de moda en las aulas, sobre todo en las de infantil y primeros cursos de primaria, que consiste en sentar a un niño o niña aislado del resto del grupo, de la actividad que se esté realizando como consecuencia de un comportamiento que el profesor no considera aceptable acompañado de la consigna "siéntate y piensa en lo que has hecho" o algo similar.
Muchas familias también utilizan este método en sus casas.

¿Qué opino yo de la "silla de pensar"?

 Como educadora confieso que la he utilizado en varias, en muchas ocasiones, más de las que debiera, pues para mí era un recursos pedagógico aceptado y adecuado. De hecho me parecía mil veces mejor que el llamado "tiempo fuera" que trata de sacar al niño del aula, del lugar donde estamos en actividad incluso si ello supone perder al niño de vista. Debo confesar que nunca tuve claro su utilidad pero, ahora

precisamente, como he utilizado este método puedo decir que no sirve.

Bien, tal vez sí sirva para algo pero no para lo que yo busco.

Cuando un niño o niña de la clase, o cuando mi hijo, tiene un comportamiento agresivo, se sobrepasa un límite innegociable, lo que quiero es que deje de hacerlo y que comprenda por qué no debe hacerlo.
Si yo cojo a ese niño, en pleno enfado, lo siento y le dejo ahí sólo, a que piense... ¿qué piensa el niño? 
  1. que pensar en un castigo, pues le estoy sacando de su espacio
  2. no le acompaño, por tanto sus conclusiones pueden ser erróneas porque no está el adulto para ayudarle a reflexionar y entender

Estoy faltando a mi deber de hacer de guía del niño, le estoy enviando un mensaje equivocado, que hará que el niño pierda el tiempo, pierda seguridad en sí mismo y no entienda por qué su comportamiento era inadecuado (si es que lo era, pues muchas veces, "la silla de pensar" se convierte en descanso para un maestro que se ve desbordado por la energía de un niño, nada más).

"La silla de pensar" puede ser otra forma, aparentemente inocente, de cortar las alas de un niño, de ahogar su energía, su creatividad.

Yo pretendo una educación sin castigos. Que no es lo mismo que una educación sin límites.

Para una educación libre de castigos debemos (maestros y padres) cambiar el chip:
  1. Conocer (en profundidad) las etapas evolutivas del niño
  2. Empatizar con el niño, entendiendo sus emociones 
  3. Ser coherente con las normas que queremos establecer
  4. Tener alternativas respetuosas a los castigos clásicos

Las alternativas

En este punto es importante la edad del niño, su momento evolutivo, la situación... no es lo mismo buscar la alternativa a la "silla" para un niño de dos años que ha tirado la construcción de otro niño que para un niño de siete años que ha empujado a otro.

De todos modos, la herramienta fundamental es el LENGUAJE .

Hablando se entiende la gente, la lengua es el arma más poderosa que tenemos los humanos para relacionarnos,comprendernos, compartir y así llegar a acuerdos.

Los adultos dialogantes crian niños que , en su etapa adulta, serán dialogantes.

Los adultos que castigan, humillan, ofenden, abandonan criarán niños que, cuando sean mayores, castigarán, humillarán, ofenderán...y nadie, nadie puede ser FELIZ con esos valores interiorizados.


 

8 comentarios:

  1. En definitiva, se trata de obligar al niño a hacer algo. En este caso a sentarse, porque lo de pensar me parece muy difícil. Me gustaría mucho que este método esté dando resultados positivos. ¿Realmente lo hace?. Un saludo.

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    1. Efectivamente brubion, no es más que otro castigo, otra obligación.
      Para mí y desde mi práctica educativa no tiene resultados positivos, tiene un resultado inmediato que es "deshacerte" del niño que te molesta pero...¿Qué logamos con eso?

      Saludos!

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  2. Yo tengo clara su inutilidad como madre, creo en el dialogo. Y yo también educo sin castigos, pero con limites y normas.
    Me gusta tu postura como educadora, pero no crees que es un método que se usa muchisimo en las escuelas? me imagino que sera porque aporta beneficios a corto plazo, cuando a un niño le apartas de lo que esta haciendo lógicamente deja de hacerlo, aunque estoy segura que volverá a hacerlo en otro momento, es lo de siempre solucionamos superficialmente el problema y nunca lo atacamos de raíz, para mi es lo que hacen los castigos, solo eliminan la punta del iceberg.

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    1. Si. Es un método que se usa y del que se abusa.

      Entiendo que, como maestra, muchas veces nos vemos desbordados (son demasiados alumnos por clase) pero debemos utilizar herramientas que sean útiles, que sean respetuosas y no las que "lo parecen pero no".

      Te animo a firmar la petición de Mireia y azucena si estás a favor de eliminar este método de nuestras escuelas.

      Besos

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    2. Ya la había firmado porque estoy totalmente de acuerdo, tambien la he compartido en mi blog. Ojala se consiga

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  3. a un niño no se le puede apartar porque moleste, y es lo que se hace con la silla de pensar. es como el castigo de cara a la pared pero de una manera más light al decir que piensen. ¿lo están haciendo? necesitan que alguien les oriente, y no hay nadie con ellos

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  4. De acuerdo contigo.
    Es un castigo disfrazado de herramienta útil.

    Un abrazo!

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