lunes, 14 de octubre de 2013

MORDISQUITOS

Hace unos cuantos días le escribí una consulta a Mónica Serrano.

Mónica es Psicóloga Infantil, experta en Maternidad, Lactancia y Crianza en Psicología y Crianza Bambulah.
La conozco virtualmente de esa gran red social que es Facebook y desde el primer post suyo que leí soy gran seguidora de sus artículos, demuestra gran profesionalidad en cada palabra que escribe y siempre tiene presente el respeto al niño, cosa que yo admiro y que busco en todos los profesionales,  de cualquier campo, que trabajan con la maternidad y la infancia.

Os animo desde aquí a que la conozcais.

Mi consulta trataba sobre los mordiscos.
Odio los mordiscos, los dan de manera sigilosa, rápida, tanto que casi nunca llegas a tiempo de evitarlos (si, yo soy de las que intervengo, una cosa es dejar que los niños solucionen a su manera los conflictos y otras dejar que se hagan daño físico por mi pasividad). En la escuela infantil prefiero que los niños se peguen a que muerdan, pero es una fase por la que muchos (o casi todos) pasan.

En casa no había preocupado...hasta hace unos meses que Tiago comenzó a morder. Eso sí, sólo a mamá y papá , sobre todo a mamá.
No soy de castigos, ni mucho menos de eso del "ojo por ojo" y darle yo un mordisco "para que sepa" el daño que hace como dicen muchos padres que hacen. No. Yo soy la adulta, mi comportamiento es su mayor referente, soy su modelo , si yo muerdo le estoy transmitiendo que eso es aceptable como herramienta.

Aquí difería con mi pareja que, cuando vio que la cosa no daba pasado, opinaba que había que hacer algo más que decirle solo "No, que me duele".

Al empezar la escuela la cosa empeoró. No os podeis imaginar qué daño me hacía, tenía brazos y piernas llenos de dientecillos tatuados y moratones.
Dudé de si mi pareja tenía razón y debía hacer algo más, aunque mi instinto que me decía que no... que acabaría por desaparecer aquella conducta, pero también tenía miedo a que Tiago estuviese sufriendo , que algo estuviese sucediendo que se me pasaba por alto y aquellos mordiscos fueran su llamada.

Así que escribí a Mónica y se lo conté todo.  
La respuesta es muy interesante, y pienso que todo aquel que tenga o vaya  a tener hijos, o que trabaje con niños de corta edad deberían leerlo.
Para acceder al post del que os hablo en el blog de Mónica Serrano pincha aquí.

Hay grandes reflexiones, y mucho de psicología evolutiva...

Actualmente la cantidad de mordiscos han descendido casi hasta desaparecer por completo. Estamos todos más relajados al tener la información, y es que es vital tener conocimiento para sobrellevar situaciones que nos sobrepasan, nos preocupan o no comprendemos.

Muchas gracias a Mónica por su tiempo, por su sabiduría y por compartirla con nosotros.

6 comentarios:

  1. Me alegro mucho que se hayan reducido los mordiscos. La respuesta de Mónica muy interesante. Un abrazo.

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    1. Te respondí donde no era jejejeje
      En efecto, Monica tiene unos artículos maravillosos.
      Muchos besos!

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  2. Si, Mónica tien muy buenos artículos.

    besos

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  3. Yo tengo una duda,como tratar a mi hijo cuando me pega, el tiene 2,5 años. El coge la rabieta y me pega cuando intento cogerlo. Si no lo cogo grita y llora. Mi marido dice que hay que obligarlo a cogerlo para que se tranquilice. No sé , no le he pegado nunca, es verdad que no le hago tanto caso porque tiene un hermanito de 5 meses. Pero aún así, estoy con todo el tiempo que su hermanito duerme. Nada más que quiere estar conmigo y rechaza incluso a su padre. De un tiempo ahora. Gracias

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    1. Está en la edad en la que comienzan las rabietas, y además se dan otras causas: el nacimiento de un hermanito y que aún no tiene el grado madurativo suficiente (sobre todo del lenguaje) para expresar sus emociones de otra forma.

      Yo le dejaría un tiempo prudencial para que se calmase, pero nunca dejarlo sólo, seguir como si nada o volverlo "a la calma" a la fuerza. No debe notar que , aun por encima del enfado que tiene, sus padres le ignoran o le reprenden más. Al revés, utiliza aquello de "quiereme cuando menos lo merezca que será cuando más lo necesite" (por supuesto partiendo de la base que tu hijo a esa edad nada puede hacer para no merecer ser amado).

      Háblale, trata de acariciarlo y dile que entiendes su enfado, trata de que vuelva a la calma por sí mismo.

      Alguien me dijo una vez que educar a un hijo es armarse de paciencia, amor y sentido común....

      Y te animo a escribir en el blog de Mónica Serrano, que como psicóloga infantil este tema lo domina seguro!!

      Besos y gracias por tu consulta, espero haberte ayudado.

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    2. Perdón, me preguntabas por cuando te pega...

      Bien...yo no soy partidaria de dejar que un niño agreda, ni a sus padres ni a nadie, pero tampoco de esa corriente que hay de dejarles hacer cuando se trata de agresiones fisicas...

      Simplemente dile que no, que eso no te gusta porque te hace daño y trata de evitar las situaciones que genern la conducta.

      Poco a poco irán desapareciendo, ¡seguro!

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